Les Marolles: el barrio auténtico y popular de Bruselas

Si andas en busca de la auténtica Bruselas, entonces no puedes tardar en visitar este barrio. Los orígenes de este se remontan a la época medieval, y en él se habla aún el dialecto bruselense. 

Es un lugar lleno de vida local: posee las tabernas más antiguas de la ciudad, muchas tiendas de antigüedades y cervecerías históricas. También es conocido por su mercadillo y por el arte urbano que decora una parte importante del mismo. Es un barrio que refleja el carácter diverso y acogedor de los bruselenses.

Innumerables frescos y grafitis colorean el barrio. Aquí encontrarás la mayor concentración de murales estilo cómic de la ciudad, con clásicos como Bill y Bolita, Spirou y Benito Sansón entre los 61 murales de cómics de la capital. Los jóvenes artistas callejeros de Bruselas también se han inspirado de las obras del famoso pintor Bruegel para embellecer el barrio. Para completar esta experiencia urbana, puedes acercarte a Crevette Records para encontrar los mejores vinilos. Si lo tuyo es el skate, prueba a dar una vuelta en la pista de skate de las Ursulinas.

Verdadero paraíso de las tiendas de antigüedades y las boutiques vintage; los mejores anticuarios de Bruselas se encuentran en las calles Haute y Blaes. El upcycling también está muy presente en el barrio. En Cyclup, por ejemplo, las creaciones se elaboran a partir de textiles reutilizados en un contexto de reinserción socioprofesional. También en la Rue Haute, en Melting Pot Kilo, pagas tu ropa de segunda mano por kilo. En la misma categoría se encuentra Bernard Gavilán, ¡conocido como el rey del vintage!

El barrio está muy a favor de la cocina tradicional. La brasserie Clef d'Or, que linda con la plaza Jeu de Balle, es una parada obligatoria si buscas cocina popular. Y el Wine Bar des Marolles también ofrece deliciosos platos belgas.

Si prefieres la comida vegetariana, l'Eau Chaude es para ti. Esta cooperativa se encuentra en la antigua tienda de ultramarinos a la que acudían los habitantes de Marolles a por agua caliente. Otro lugar auténtico es la Friture de la plaza de la Chapelle. En el mismo lugar se encuentra Pois Chiche, un foodbar con sabores de Oriente Medio. Para comer comida italiana, la bocadillería Nonno Piadineria es buena opción. En ella podrás probar la piadina, una torta de trigo rellena.

El famoso mercadillo de antigüedades conquista la plaza Jeu de Balle desde el amanecer hasta las 14:00 los días laborables y hasta las 15:00 los fines de semana. Allí podrás dejarte llevar por el cálido ambiente y encontrar todo tipo de objetos. Además, los bistrós y tabernas que rodean la plaza suelen estar abiertos y, de vez en cuando, los músicos tocan de terraza en terraza. La Brocante, uno de los bares más típicos, es un buen lugar para sentarse y tomar algo.

Marolles es un barrio festivo de día y de noche. Empieza con un aperitivo en el Café Pastel, cerca del Sablon; el ambiente joven y relajado está garantizado. Después, acércate al Kombi Bar, un inusual lounge bar que ofrece comida sin parar hasta medianoche. El Sablon Jalousy Club ofrece cócteles en un ambiente americano. A veces se organizan fiestas secretas en su planta baja. Pero el club mítico del barrio sigue siendo el Fuse. Este templo del techno legendario atrae a muchísimos clubbers bruselenses desde 1994.