Cerveza en Bruselas: bares y restaurantes imprescindibles

La Porte Noire ofrece una rica carta de cervezas y varios conciertos. Ambiente celta y medieval en este espacio abovedado que antaño albergó las cocinas de un convento de alexianos.

El Poechenellekelder es el bar más auténtico que vas a encontrar: grande como un pañuelo de bolsillo, pero con una magnífica colección de marionetas antiguas.

À la Mort Subite es una taberna encantadora que sin duda llamará la atención de los amantes de las auténticas cervezas belgas; y, cómo no, una buena cerveza en este local tiene que ir acompañada de una generosa porción de queso blanco o de tête pressée.

El Delirium posee la carta de cervezas más grande del mundo. El bar se sitúa en una calle perpendicular a la famosa rue des Bouchers. En verano, no hay nada mejor como sentarse en la terraza de este local y tomarse una buena cerveza en compañía del buen ambiente de esta calle. 

El Daringman es un pequeño bar retro escondido en el Pentágono, entre el barrio de la moda y el canal. El prestigioso periódico inglés The Guardian lo eligió «Mejor Bar de Cerveza Belga» en 2012.

Cervezas artesanales de grifo o en botella. Bier Circus es un santuario para los verdaderos amantes de la cerveza. 

In 't Spinnekopke se encuentra en una casa que ha sido parada de diligencias desde 1792. Aquí podrás degustar todas las especialidades belgas y otros platos a base de cerveza.

El restaurante Les Brigittines está situado en el corazón de Bruselas, a dos pasos de la Grand-Place, el Sablon, el Palacio de Justicia y Marolles. En este restaurante, enmarcado en un ambiente especial estilo Art Nouveau, podrás deleitarte con la cocina clásica franco-belga a base de cerveza y productos frescos de temporada.

La cervecería bruselense Nüetnigenough da la bienvenida a los «Nuetnigenough's» («los que no se cansan»), pero también a los sibaritas: dispone de una carta con unas 50 cervezas, entre ellas algunas joyas de las cervecerías belgas fieles a los métodos de elaboración y recetas tradicionales. El menú está salpicado de cervezas «Nuetnigenough» clásicas, complementadas con una serie de recetas a la antigua usanza, destinadas para quienes deseen descubrir los tesoros culinarios de la cocina bruselense.